Si algo se le crítico a la generación hedonista de los 90's, (Juana La Loca, Los Látigos, Demonios de Tasmania, Los Brujos) es que exceptuando el “Miami” de los Babasónicos, ninguno planteo un disco existencialista que muestre con sinceridad, modernidad y madurez artística que es lo que hay después de “La Fiesta”, (como si paso en Inglaterra con bandas como Pulp, Blur, Primal Scream, Streat Manic Preachers) con todos los sinsabores que eso depara.

Los hijos del ritmo, los que saben de los bailes de avestruz, y quizá una de las bandas más modernas de su generación cuenta ese después de la celebración, a través de un disco que pareciera bajar los bpm de los programaciones y lograr un ágape del ritmo a través de una suerte de “Tecno Gospel” musical.

Ya desde “Experto en voz” los sinterizadores y las programaciones curten un ritmo mucho más denso, que baja el rango dinámico de las voces generando temas que van disparando esa suerte de “después de fiesta”. La letra de “Termómetro Chino” narra: “¿Que Has Hecho Hermano?, te has ido de mi lado, te encuentro otra vez abandonado, soy como vos puedo estar bien, y se que nunca esta tan mal, soy como vos quiero cambiar y sé que nunca está tan mal”.

El beat de la canción, parecer ser la melancolía pero apelando a un lenguaje musical, personal y moderno, como puede rastrearse en “Tun Tun” quizá uno de los mejores temas del disco y la frase que se cuela entre esos arreglos de sintetizadores que parece música coral de despedida y es lapidaria: “Todo lo que dí, no te lo pedí. Y en el tobogán de la densidad sobreviví, quiero pasar entero este verano”.

La celebración oscura y melancólica solo se pierde en “Carmen” quizá el tema con un BPM más al palo y bailable.

En el cierre del disco pasan “Ministro”, “Nuestras Canciones” y finalmente el opus final perfecto con “Un Duendo”.

Canción oscuramente alegre y que a través de las programaciones y la letra define la esencia del disco en la frase “Y que hay de mi, tanto espesor de amor, la música se ennegreció, nunca ha sido tan negra”. En sintesis, un disco moderno, personal que va más allá de cualquier concepción sobre la música en esta suerte de obra Tecno Gospel que resulta, y que a la vez, deja para la generación contemporánea de oyentes, todo un legado sobre ese “después de fiesta”, pocas veces retratado de manera tan exacta, presente y por sobretodas las cosas real.